La base para construir una familia feliz
Aprender a ser considerado
Una de las principales causas de conflictos matrimoniales en las familias modernas a menudo surge de un patrón de relación conyugal estancado. La aparición de conflictos se debe en gran medida a la insatisfacción con este modelo de vida matrimonial. Para abordar estas disputas familiares es fundamental mantener la calma, la paciencia y la consideración.
Una vez que surge la hostilidad entre los cónyuges, se requieren acciones consideradas y afectuosas de uno de los cónyuges para disolverla. Cuando note que su cónyuge está abrumado por el trabajo, le falta tiempo para comunicarse con usted o no es tan "apasionado" como antes, es crucial mostrar comprensión, empatía y cuidado. Sea consciente de sus sentimientos, evite hacer bromas y no regañe incesantemente. En los momentos en que tu pareja esté llorosa, triste o incluso te grite, trata de no tomártelo como algo personal. En pocas palabras, debes ser tan paciente con ellos como lo serías con una persona enferma. Reconocer que su irritabilidad es temporal y simplemente una "enfermedad" del momento es clave. Comprender que esta hibernación emocional es inevitable y pronto pasará puede resolver rápidamente los conflictos domésticos y conducir a una vida familiar feliz y plena.
Génesis 2:24 dice: "Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne". Esta es una de las primeras enseñanzas bíblicas sobre el matrimonio, que enfatiza su singularidad e intimidad. El matrimonio es más que una relación entre dos personas; es un proceso de dejar a los padres para construir una nueva familia. El objetivo del matrimonio es unir a dos personas como una sola, amarse y apoyarse mutuamente y afrontar juntos los desafíos de la vida.